Cierres y homenajes (y muchas risas)

Cuando el 2016 la primera película de Deadpool vio la luz, el mundo del cine de superhéroes estaba en un pie totalmente distinto al actual. La fase 3 del MCU estaba iniciando, Fox y Disney compartían los derechos de un arácnido personaje, las recaudaciones eran billonarias y los cruces de historias y personajes eran la regla de la casa.

Dentro de esa vorágine de contenido apareció Deadpool. Película que según cuenta la leyenda, pudo ver la luz gracias a la filtración de un video con su idea base. Un héroe sangriento, con lenguaje explicito y sexo en pantalla. Una rareza que confirmó su individualidad con la segunda parte. Deadpool jugaba en otra liga dentro de los personajes Marvel y eso siempre se noto. 

Pero llegó el 2019 y todo cambió. Disney compró Fox y con ello el mundo dio vueltas en círculos con las posibilidades que se abrían para su universo cinematográfico. Los 4 fantásticos y los X-Men aparecieron en el horizonte de historias disponibles posteriores al cierre de “Endgame”. ¿Y Deadpool? Su futuro era incierto hasta que de pronto la idea más disparatada de todas nos golpeó de frente: Deadpool y Wolverine juntos en su propia película. Y la internet explotó. Unos porque no querian deshonrar la memoria de la aclamada “Logan” y otros porque la idea les encantaba. Simplemente quedaba esperar por el resultado.

Todo el largo preámbulo anterior es, obviamente, para evitar hablar de la película en sí. Y ojo, que no es porque sea mala ni nada parecido. Es simplemente porque cualquier cosa que uno diga o adelante puede ser considerado un spoiler. Y creo que es verdad. Cualquier cosa que uno quiera anticipar, puede arruinar la sorpresa a los más sensibles.

De las generalidades que (creo) puedo comentar, la secuencia de créditos iniciales me parece simplemente una maravilla. Una declaración de intenciones de lo que vamos a ver más adelante. Es simplemente una broma tras otra, en donde la historia parece ser lo menos importante en medio de toda la locura que estamos viendo en pantalla. Como me dijo alguien alguna vez: No todas las bromas funcionan al mismo nivel, pero las que lo hacen, sacan carcajadas y se quedan pegadas en tu memoria.

Otra cosa a destacar dentro del mar de referencias que entrega esta película (habrá que verla un par de veces para encontrarlas todas) es el tono a despedida (y homenaje) que tiene para lo que fue Fox Studios. Es cierto que el contexto siempre es de joda, pero dentro de eso hay cariño por un estudio que sacó adelante a los mutantes durante varios años. Dentro del contexto de la película, todo se siente como un cierre pendiente, pero un cierre celebrado. Lleno de invitados que vienen a darle color a la fiesta.

Para cerrar, y si no quieren que nada les arruine la fiesta, huyan de los spoilers como si de la peste se tratara. Hay cosas que simplemente no se van a esperar. La película cumple en todo lo que se espera de una Deadpool. Risas, sangre y referencias a la cuarta pared. Quizá no es la gran historia que algunos pensaron que llegaría a ser, pero sin lugar a dudas, tiene más corazón y ganas que todos los últimos capítulos seriados de un MCU que había perdido el norte. Por ahora, larga vida a Deadpool… y Wolverine.