Alex de la Iglesia es un licenciado en Filosofía, dibujante de historietas, fundador de un Club de Rol y cineasta español que se caracteriza por su humor sarcástico y muy negro.
Mientras revisaba entre mis libros, algo sobre estética, cine y humor negro encontré lo siguiente:
La posmodernidad entraña la capacidad de traslapar discursos en un ejercicio delirante, todas las voces caben en la utopía actual, lugar sin lugar ni centro. Esto también concierne al romanticismo y su filosofía del devenir activo, negación de las preceptivas y rechazo de los formulismos. Vivimos hoy un neo romanticismo que permite e incita a la multiplicidad de expresiones y debido a ello es que, quizás, antes como hoy, el signo de occidente sea el de la contradicción.
Alex de la Iglesia niega la tradición pero, quiera o no, la continúa. Heredero de Valle Inclán, de Quevedo y de Picasso, tiene en el collage, la parodia y el pastiche sus armas más poderosas. Cada una de sus películas genera la misma expectativa: ¿es posible algo más? Sólo él conoce o desconoce la respuesta.
Alejandro A. Ramírez 2008 . Revista de estudios literarios. Universidad Complutense de Madrid
De la Iglesia es un talento con historia, partió como director artístico en algunas películas, luego se atreve con sus propias creaciones. Siempre ha sido fiel al humor negro, fiel al caos, al exceso, a lo recargado, lo freak y a la risa amarga.
En el circo, la más antigua disciplina del espectáculo, el payaso o clown tenía dos tipos de personajes: uno altivo y con cara blanca y otro torpe y alegre, que siempre “mete la pata”. La imagen de una sonrisa maquillada y mucho humor negro.
«Balada Triste de Trompeta» es una canción de Raphael, pero también es el nombre de una de las películas de Alex de la Iglesia y tal vez la risa ahí aparece porque nos reconocemos en esos personajes tristes con vidas que bailan entre lo luminoso y lo patético.
Su primer gran éxito internacional fue “El Día de la Bestia”, una comedia-thriller, en donde no solo dirigió sino, además, escribió.
En «El día de la Bestia» se mezcla lo más propio de De la Iglesia, humor negro + violencia. Definida irónicamente como una “Comedia Satánica”
En realidad, es una historia delirante que se ríe a gritos de la visión apocalíptica del milenio. Tengo edad suficiente como para recordar la cantidad de supersticiones y miedos esparcidos por reportajes apócrifos y señoras asustadas en televisión que decían que el 2000 se acabaría el mundo.
En “El día de la Bestia”, un sacerdote vasco cree haber encontrado un mensaje de San Juan Evangelista y está convencido de que el “Anticristo” nacerá en Madrid. Por lo tanto crea una alianza con un metalero (Death Metal y bastante punk) y un panelista de tv (probablemente “de matinal”) experto en ciencias ocultas quien, supuestamente debería saber convocar al diablo.
En esta delirante búsqueda encuentran un impostor sospechoso y un grupo extremista xenófobo y violento, que hace atentados con el lema “Limpia Madrid». Supuestamente, el profesor experto en Ciencias Ocultas descubre el lugar en donde nacerá el anticristo. El «Día de la Bestia» es un delirante y permanente gracioso absurdo. Con una clara crítica social hacia los medios de comunicación masivos.
La sexy, joven y peligrosa «Perdita Durango» (1997), sin tapujos, nos impacta, violenta y pasional, con una buena mezcla de acción y comedia.
«Muertos de la risa» (1999) nos cuenta la historia de dos humoristas que se odian y deben trabajar juntos y mientras mejor les va, más se odian y mientras más se odian más éxito tienen.
Alex de la Iglesia tiene una voz propia en el universo cinematográfico. Su imaginario freak (raro, curioso), caótico, abigarrado con humor negro sigue sorprendiendo y soltando risas .
De la Iglesia alguna vez dijo: «el humor nace de los peores instintos», pero también sabemos que sin humor no se puede vivir.
Sus personajes acomplejados o rechazados, inseguros y resentidos nos siguen gustando y sacando sonrisas.
En su ultima película «Mi gran Noche», nos encontramos de nuevo con un delirante universo de absurdos, caos y frenesí. Abigarrado de subtextos que nos hacen reir al reconocernos en nuestras propias rarezas.
Por Sarita Ahumada Gallardo.