Por Marisa Zúñiga
Directores: Nicholas Stoller, Doug Sweetland
Esacritores: Nicholas Stoller
Voces: Andy Samberg, Katie Crown, Kelsey Grammer, Jennifer Aniston, Ty Burrel
Tiempos modernos y nuestras queridas e infatigables cigüeñas están en otra. En Cigüeña World repartir guaguas ya no es tarea de ellas; el CEO de Cornerstone, la empresa que fabricaba guaguas a pedido, cambió su rumbo 15 años atrás y la convirtió en Chilexpress, o Fed-Ex, para hacerlo más internacional.
Pero como nada dura para siempre, el aspirante a nuevo CEO, Junior, haciendo todo lo contrario de lo que debe hacer para llegar a tan ansiado puesto, no sólo no hace caso de las órdenes de su jefe, sino que además, acompañado de Tulip, la única humana en todo el reino, echa a andar la fábrica de guaguas por error, ocupando todo el resto de la película en enmendarlo, es decir, tratando de entregar el infante «a la antigua”.
Curiosamente, quien hace el encargo es Nate, su futuro hermano mayor y, esto confundirá a la audiencia objetivo, los padres no tienen idea que recibirán un nuevo heredero. Ellos sólo trabajan y dejan muy de lado a su hijo, el que, en un arrebato de rebeldía y soledad, decide escribir a la cigüeña y pedirle un hermanito para no sentirse más solo.
Hasta aquí, no todo es tan malo, llevamos un tercio de película y el conflicto ya está planteado. El problema es que, a estas alturas, ya nos hemos dado cuenta de que esta película no se sostiene en su propio argumento, problemas de timing, falta de buenos chistes, falta de situaciones realmente entretenidas o sorprendentes, en fin, falta de una buena historia. Problemas que nos acompañan hasta el final, ya que «Cigüeñas», aunque cuenta con un elenco de voces ganadores de Emmys y Golden Globes y que tuvo un presupuesto que ya lo quisieran muchos, no logra engancharnos ni divertirnos, salvo un par de situaciones, una donde aparece una manada de lobos y un encuentro con pingüinos, que logran sacarnos sonrisas y que hacen que la película no sea del todo aburrida.
¿Y el problema más grande? Los protagonistas. No logras sentirlos como deberías, no logras empatizar con su historia y lo que es peor, si es que es posible decirlo de personajes animados, no hay química. No logran que te importen su amistad, sus historias o sus problemas, más bien quieres que ya terminen con su recorrido y entreguen la guagua de una vez por todas, y no es lo predecible lo que molesta, es lo básico de la premisa.
Nadie explica qué pasó durante el tiempo que las cigüeñas no repartieron bebés, nadie explica que los bebés sí tienen que ver con una decisión del padre y de la madre. Porque, entendámoslo, nuestros niños están preparados para ver una trama un poco más elaborada y que ojalá les deje alguna enseñanza, algo aprendido, y si no, por lo menos que se les entregue una historia inteligente con personajes con los que se puedan identificar o encariñar, con explicaciones que puedan creer o discutir, incluso objetar.
En el año que vimos Zootopia, El Libro de la Selva, Buscando a Dory y la Era del Hielo (5!), todas películas que llevaron grandes cantidades de espectadores al cine y que, con distintos niveles de calidad, encantaron a miles, será difícil para «Cigüeñas» lograr igualar el éxito de sus predecesoras. Sobre todo, porque los niños, su público objetivo, no sólo están acostumbrados a producciones que cumplen con sus expectativas, sino que además las compañías productoras tienen claro que a los niños de ahora no se les engaña ni menos se les subestima.
https://www.youtube.com/watch?v=Hy96q0xO4Yo