«Kingsman: The Golden Circle», la segunda parte de la entretenida «Kingsman: The Secret Service», encuentra a un Eggsy (Taron Egerton) muy enamorado y a un Harry Hart (Colin Firth) supuestamente muy muerto. Como muchas de las películas de acción que vemos en estos días, comienza con una persecución a todo cachete, tiene escenas de pelea bacanes y un reparto de superestrellas ganadores de Oscares y demases.
Pero vamos por partes. «Kingsman: The Golden Circle», es una película de acción/comedia/agentes secretos/machosrecios/multinacional/ que no resulta por ningún lado. Nos presenta a la malvada narcotraficante, Poppy (Julianne Moore) que vive en los años 50, literalmente, que decide hacer explotar casas, seres queridos y cuarteles generales de los Kingsman, situación que deja a los ingleses obligados a recurrir a sus siempre aliados norteamericanos. Inmediatamente después de los atentados, Eggsy viaja a USA a conocer a sus iguales del otro lado del charco, bueno, no tan iguales. Ustedes saben, machos recios con botas, sombreros de vaqueros, látigos y acento tejano al 200%. Gracias Matthew Vaughn, no nos hubiéramos dado cuenta que eran gringos sin esos detalles.
Como buena villana, Poppy decide amenazar al mundo entero atacando a los consumidores de drogas ya que, según ella, no existen motivos para el consumo de cocaína, heroína y otras drogas sea ilegal. Por lo tanto decide forzar la legalidad por medio de una amenaza mundial. ¿Cuál es la amenaza? Un virus añadido a todas las drogas que Poppy produce, que si no es atacado con el antídoto, también creado por Poppy (obvio), mata a los consumidores en pocas horas. Obvio que la decisión de ceder o no ante la amenaza está en manos del mandatario más importante del lado Este del planeta. Mr. President porque, claro, todos los demás valen champiñón (¡subámosle el pelo a esa reseña por favor!).
Descubrimos a muchos consumidores que no sabíamos que lo eran, aprendemos que los políticos son crueles y que los buenos siempre ganan. Que los gringos son deslenguados y los británicos estirados. Gracias de nuevo Matthew (a estas alturas ya nos podemos tutear, o no?), por mostrarnos verdades que nadie nos había mostrado antes.
Para colmo de males, este chiquillo Matthew nos deja más que claro que ¡Esto se ha convertido en franquicia señores!, como si no estuviéramos ya aburridos de segundas, terceras, cuartas y etcétera partes. En casos como este, donde la película es infinitamente inferior a la predecesora, cabe preguntarse para qué seguir insistiendo. Si hiciste una película que resultó un hit y no tienes claro por qué. Si no sabes si fue el guión, los actores, la novedad, las secuencias de acción o los personajes, entonces ¿para qué adivinar? Por qué mejor no quedarnos con el gustito del triunfo y no echar a perder las cosas con una segunda parte.
En fin, al final la decisión es de ustedes, ya están avisados así que yo me desligo de toda responsabilidad. Así que si igual va a verla, que la disfrute y por favor le da mis saludos a Pedro Pascal que está regio.
Director: Matthew Vaughn
Guión: Jane Goldman, Matthew Vaughn
Protagonistas: Taron Egerton, Colin Firth, Mark Strong
Por Marisa Zúñiga