Siendo bien franca, no soy muy fan de las películas animadas Disney. Los cuentos de hadas no fueron parte de mi niñez y soñar con el príncipe azul jamás fue lo mío porque prefería jugar con autitos y a los pistoleros con mis hermanos, y como tenía una mamá adelantada a su época, que no pescaba estereotipos, tampoco me llevaron a ver las películas a la fuerza. Jamás he visto entera La Cenicienta, Blancanieves o La Bella Durmiente, sólo vi hace muchos años algunas escenas en el programa Disneylandia en la tv, y en el cine sólo vi Pinocho y Dumbo. Historias que, lejos de ser románticas, eran más bien thrillers, que me dejaron traumatizada por todo lo que quedaba de mi tierna infancia.
De la época más actual o, mejor dicho, ahora que estoy más de edad, me gustan mucho las películas Pixar y algunas Dreamworks, pero sigo sin sentirme muy fascinada por Disney, por lo que, como es lógico, no había visto La Bella y La Bestia de 1991 jamás never. Y porque la vida es así y te pone en aprietos, me tocó asistir a la Función de Prensa de la Bella y la Bestia 2017. Demás está decir que conocía la historia porque mis hijas la aman, tuvieron las muñecas, la película en VHS (si hijas mías, ustedes son de esa época) y porque tuve la suerte de verla en los estudios Disney de Orlando (no de mi marido, de la ciudad en USA), donde desde hace muchos años, cuatro veces al día la presentan en un show condensado de 25 minutos en vivo, a lo Broadway. Aunque reconozco que ese show me emocionó, amé la música y por sobre todo la voz de la Bella, también es cierto que en el contexto de los parques de Disney, como que todo encanta y maravilla y una llora por todo.
Por todo eso y para tener una idea mas completa, el día antes de la Función de Prensa vi la Bella y la Bestia del año 1991. Aunque no me volvió loca, me gustó y nuevamente me impactó la música por sobre la película. Al otro día partí a ver la famosa Beauty & The Beast Live Action, como se les llama ahora, pensando que más que un remake o una versión, seguramente sería muy igual a la película original. No me equivoqué, es exactamente la misma historia, sólo con un par de escenas y un par de canciones agregadas. Para llegar a la duración de una película “normal”, ya que la original sólo dura 84 minutos.
La Bella y La Bestia es esa historia que sabemos que nunca sucederá, pero que los románticos irremediables aman, sobre todo si son poco agraciados, la ilusión de que una persona hermosa se enamore de la “belleza interior” todo lo puede, aunque en la realidad no pase casi nunca. Con todo, a pesar de lo escéptica y realista de mi visión sobre los cuentos de hadas, debo reconocer que me entretuve mucho. Emma Watson nos entrega una Bella bastante querible, con una hermosa voz y una naturalidad que agrada, Dan Stevens como la Bestia, no es tan Bestia después de todo, sólo un poco gruñón y claro, muy, pero muy feo. Luke Evans como Gastón es el más caricaturesco, pero también el más divertido.
En esta entrega Disney tiró la casa por la ventana, la llenó de famosos que no solo actúan, sino que también bailan y cantan y, cegeísticamente hablando (efectos especiales por computadora), nos regala hermosos paisajes nevados, un castillo impresionante y una biblioteca que desató la peor de mis envidias, porque con eso sí que he soñado toda mi vida, miles y miles de libros, aunque me falte vida para leerlos todos, no importa, sólo sueño con tenerlos. Y la Bestia. Muy detallada, muy bien dibujada, a la que le falta un poco de bestialidad yo creo, no sé, encuentro que la Bella no lo pasa tan mal y ella ya sabe que si se enamora igual aparecerá el príncipe bonito y serán felices para siempre, porque entre la Tetera (Emma Thompson), el Reloj (Ian Mackellen) y el Candelabro (Ewan McGregor) le espoilearon toda la historia y le contaron el final.
En resumen, vaya a verla. Si le gusta la original, no se preocupe, ésta es igual, pero con gente. Se va a entretener, podrá cantar y disfrutar del espectáculo visual y musical que Disney tiene preparado para usted, porque de entretención, espectáculo y espectadores, Disney lo sabe todo, y lo que no, lo inventa.
Director: Bill Condon
Escritores: Stephen Chbosky, Evan Spiliotopoulos
Protagonistas: Emma Watson, Dan Stevens, Luke Evans
https://www.youtube.com/watch?v=-RmsiJ2l8Ic
Por Marisa Zúñiga