Por Marisa Zúñiga
Director: Adam Wingard
Escritor: Simon Barrett
Protagonistas: James Allen McCune, Callie Hernandez, Corbin Reid, Wes Robinson
Veintidós años después de la desaparición de tres jóvenes estudiantes de cine en el bosque Black Hills cerca de Burkittsville, Maryland, James (James Allen McCune) encuentra un video en Youtube que lo hace pensar que se trata de grabaciones de su hermana Heather, una de las tres víctimas. Convencido de que ella aún está viva, James decide ir en su busca.
Para esto se hace acompañar de tres amigos quienes no están 100% convencidos de la veracidad de la información, pero que creen que los espera una gran aventura. Al llegar a Burkittsville contactan a Lane (Wes Robinson) un joven local que fue quien subió el video a YouTube y que es conocedor de la leyenda de la Bruja de Blair y del sector.
Premunidos de cámaras de última generación y de un drone que no sólo les dará una visión general de los alrededores, sino que además actuará de GPS, los jóvenes emprenden viaje al que se supone es el bosque donde habita el ser más terrorífico imaginable: la Bruja de Blair, a quien no puedes mirar porque morirás de terror y de quién se conocen historias que harían temblar al más valiente.
“La Bruja de Blair” no se acerca en nada al efecto ahogante y desesperante de su original, “El Proyecto de la Bruja de Blair” (1999), película que instauró el ahora desgastado truco del “found footage”, que hizo uso inmejorable de la “shaky” cámara y que pasó de ser un experimento a convertirse en uno de los films independientes más exitosos de la historia. Y cómo no, si todo en ella era nuevo, la premisa de las “grabaciones encontradas”, del documental hecho en terreno para presentar las grabaciones, la forma de horrorizar a la audiencia, actores desconocidos, etc. Todo lo anterior no sólo daba credibilidad a la película, sino que provocaba terror del bueno, del de verdad.
Nada de esto ocurre en la versión 2016, ya que aunque es casi una copia del film de 1999, lo que ya es malo, carece de la frescura y originalidad de su antecesora. Lo que se nos presenta como secuela, como el film más terrorífico de la historia, no es más que un remake camuflado con escenas casi idénticas a la original. El uso excesivo de los mismos recursos que hicieron excelente a la original, es lo que hace casi insoportable a esta nueva entrega, cansan los gritos, las carreras y la cámara inestable llega a límites insufribles. Esta vez no nos importan los personajes ni ya nos aterra la bruja malvada, todo lo contrario, queremos que la película termine, luego, cualquiera que sea el destino de sus protagonistas.
Tal vez acercándose al clímax podamos encontrar algo de terror y de esa sensación de asfixia, que tanto placer produce este tipo de películas, acompañado de muchos más gritos, carreras y de la infaltable tormenta eléctrica. Pero no será más que eso, unos minutos de algo de incomodidad, precedidos por muchos minutos de aburrimiento y ganas de que la bruja salga de una vez por todas , los mate a todos y termine con nuestro martirio.
https://www.youtube.com/watch?v=U7l6u6nqlLQ