Director: Damien Chazelle
Guionista: Damien Chazelle
Protagonistas: Ryan Gosling, Emma Stone
No hay duda de que «La La Land» es la película del momento. Ganadora de 7 Globos de Oro y elevada por la crítica hasta el firmamento, donde sólo están las mejores de las mejores. Es, hasta ahora, la obra maestra de Damien Chazelle, para la mayoría.
«La La Land, La Ciudad De Las Estrellas» cuenta la historia de la aspirante a actriz Mia (Emma Stone) y del músico de jazz Sebastian (Ryan Gosling). Para poder subsistir, Mia trabaja en un café y Seb en un grupo tributo a A-HA; por esas cosas del destino se conocen, se enamoran y se embarcan en una relación que, de alguna manera, los llevará a conseguir el tan esperado éxito.
Y eso es. Es decir, una trama conocida, con un desarrollo predecible y, a falta de un arco dramático de peso, conflictos débiles y hasta un poco forzados. Y si tiene esta falla de argumento, ¿Por qué está todo el mundo vuelto loco con esta película? No es difícil deducirlo, ya que tiene a dos grandes actores, con probada química, talentosos a rabiar y carismáticos a más no poder. Nadie puede decir que detesta a uno u otro, todo lo contrario. Tanto es así que se pasa por alto la poca pericia al momento de bailar y que tampoco son grandes cantantes.
Además del reparto ganador, «La La Land» cuenta con una fotografía hermosa, que te cautiva y hace que sientas ganas de vivir en ese lugar de luces y sueños, donde sus habitantes en lugar de conversar y caminar o de tocar la bocina e insultar en los tacos, cantan y bailan al ritmo de una música no tan difícil de cantar y de bailar.
Y aquí me encuentro con otro problema: la música y sus letras. Salvo Mia and Sebastian’s Theme (Late for the date) y City of Stars, que son bastante pasables, el resto son más que olvidables y muy, muy de película musical, no hay un tema que se atreva a hacer algo nuevo en lo que a la música y letras se refiere. Justin Hurwitz seguramente ha visto muchos musicales y usó la fórmula segura.
Otro elemento débil es el poco protagonismo de Los Ángeles. Para una película que lleva su nombre, aparte de las escenas en los lugares emblemáticos, que hemos visto en tantos filmes, la ciudad en verdad no juega un rol vital en la trama o en la vida de los personajes. Vemos que la historia se desarrolla sin que el lugar convierta a los intérpretes en otras personas, mejores o peores; Mia y Seb son exactamente los mismos al terminar la película, exitosos, pero como si no hubieran vivido lo que vivieron. No hay dramatismo, profundidad, dolor, sanación, éxtasis, euforia. Todo eso que una ciudad como Los Ángeles te da y te quita, lo quieras o no.
Aunque no lo parezca, nada de esto hace a «La La Land» una mala película, es agradable de ver y entretiene. Tiene momentos muy logrados, como una secuencia (un poquito larga eso sí) con un “que hubiera pasado si…” que es la mejor parte del filme y que produce tanta nostalgia y está tan bien lograda, que ha hecho salir del cine a miles pensando que vieron una obra de arte. Vaya a verla, lo más probable es que la ame y si no, haga como yo, que agradezco a Damien Chazelle el haberme provocado un interés por ver los grandes musicales, que he podido apreciar y disfrutar como nunca imaginé que lo haría.
Por Marisa Zúñiga
https://www.youtube.com/watch?v=Ekrr94BohBQ