Dirección y guión : Anurag Kashyap
Protagonistas: Nawazuddin Siddiqui
Vicky Kaushal
En Chile hemos visto poco cine de la India, aun cuando sabemos que es la industria de cine más importante del mundo. Y sabemos de «Bollywood» (nombre que la prensa ha dado a la industria cinematográfica de Bombay, especialmente por sus coloridos musicales, con bailes y danzas tradicionales) y de su internacionalización, pero, no muchas de estas producciones llegan a nuestras salas.
Aún recuerdo la crudeza de Salaam Bombay (1988) de Mira Nair, por la pobreza y el abandono afectivo de los niños .
Luego solo recuerdo haber visto la luminosa, alegre y graciosa «Slumdog Millionaire» (2008) ganadora de muchos Globos de Oro y Oscares. En este caso es Danny Boyle quien dirige esta narración, con gran audacia, energía y muchos colores.
Psycho Raman estuvo en Cannes en Mayo de este año, fue aclamada y sorprendió. Eso logra que podamos verla ahora en este rincón del mundo.
Esta película es una historia feroz, un descenso «in crescendo» al infierno.
Los psicópatas asesinos son un tema recurrente en el cine (ya habrá tiempo para conversar sobre eso), porque los psicópatas son fascinantes.
La psicopatía es un trastorno de la personalidad que se caracteriza por rasgos de la personalidad y conductas caracterizadas por falta de conciencia, y en especial por un gran bloqueo emocional que impide sentir culpa. No hay posibilidad de ser empático, por lo que la compasión, o la cercanía afectiva, no existe, tampoco la posibilidad de sentir vergüenza o miedo por sus acciones, o lealtad hacia los demás (significativos o no).
Si no se siente cercanía ni miedo ante las normas sociales ni legales, da lo mismo robar, hacer daño o asesinar. Y además el trastorno puede convertirse en una misión para castigar, o sacar del mundo a quienes no corresponden, según los cánones estrictos del pensamiento disperso e irreal del psicópata.
En este caso estamos en Bombay. Un lugar de extrema pobreza y tenemos dos personajes en la eterna lucha del gato y el ratón.
Los 2 protagonistas, Están muy bien en sus roles. Ramanna el asesino, quien toma su nombre de un asesino en serie que asoló Bombay en los años 60’s y al que espera superar.
Y por otra parte un policía con problemas de drogas y control de ira. Se enfrentarán y acosarán el uno al otro estableciendo una conexión competitiva. Pero ¿Quién es el cazador y quién la presa?. Claramente los roles son intercambiables.
Es un juego de cacería de dos hombres fuertes y competitivos, pero tremendamente dañados, en un espacio oscuro, lleno de dolor y rabia. En donde nada es importante. Solo una apabullante cacería mortal en donde todo se derrumba entre ríos de sangre, pobreza, oscuridad y dolor.
Acá nada es importante, ni respetable. No existe el amor ni la compasión. Todo es válido, el asesinato de niños, bebés, hermanos, inocentes o culpables.
Un retrato violento y crudo de un duelo de psicópatas.
Por Sarita Ahumada Gallardo.