Cuando en el año 2017 la Justice League de Warner/Whedon se presentó frente al gran público inmediatamente todo crujió. La película no funcionaba en ningún ámbito. El villano era completamente genérico y olvidable. La épica que se esperaba de esta historia no estaba en ninguna parte y sobre todo, el inefable bigote de Henry Cavill hacia que las burlas se multiplicaran por todos lados. Fue un completo desastre.
La historia oficial contaba que Zack Snyder, director original de la película, había abandonado el proyecto luego de la inesperada muerte de su hija Autumn y que Joss Whedon había sido convocado para finalizar el incompleto proyecto. Cuatro años más tarde y con mucha agua habiendo pasado bajo ese puente, sabemos que la historia tenía muchas otras aristas. ¿La qué más creció? Existía un corte del director original que nunca vio la luz y ante tamaño descalabro de la versión que se presentó en los cines, el #ReleaseTheSnyderCut creció como una bolita de nieve.
Mucho se va a escribir sobre cómo un grupo de fanáticos persiguió por años la idea de poder ver el corte del director. Se organizaron, generaron recursos, ayudaron a fundaciones y hasta contrataron aviones para hacer sentir su deseo. El ruido nunca cesó, pero entre trascendidos y desmentidos, parecía que la idea no se consolidaría nunca. Pero la guerra por el negocio del streaming creció.
Netflix tenía la ventaja del tiempo y el camino recorrido, Disney tenía… bueno, Disney lo tiene todo (o casi), mientras HBO Max miraba como su streaming no despegaba y se quedaba sin nada del preciado pastel. Pero vino el contraataque. Contra todo pronóstico y ante la sorpresa de todo el mundo, el Snyder Cut se hacia realidad. En mayo del 2020, se anunciaba que este año (2021) seriamos testigos del esperado corte. Y la fecha llegó.
Desde su anunció hasta la fecha de estreno, Zack Snyder no se guardó nada. Fotos, videos y luego los avances y trailers oficiales, que solo aumentaban el hype por una película que la mayoría pensamos que no veríamos nunca. ¿Qué podemos decir hoy habiendo visto ya la Liga de la Justicia de Zack Snyder? Definitivamente no se guardo nada, habiendo tenido completa libertad creativa (y unos cuantos millones de dólares para terminar los efectos), el director no solo completa su visión de la historia de estos héroes, sino que además se encarga de exorcizar todos los fantasmas que dejo la versión de 2017.
Zack Snyder’s Justice League es una carta de amor a sus personajes. Si bien la historia central sigue siendo exactamente la misma de 2017, la libertad creativa al director nos dio la posibilidad de ver en pantalla la historia de origen o un mejor desarrollo para cada uno de sus personajes. En ese sentido son los nuevos héroes como Cyborg y Flash, los que se ven más beneficiados. Entendemos de donde vienen y sus motivaciones. Qué los impulsa a sumarse al equipo. Incluso los villanos tienen oportunidad de lucir una voz propia, alejados del completo anonimato al que los condenó su antigua versión.
Otra cosa a destacar es la forma en que Snyder hacer lucir a estos personajes. Probablemente no hayamos visto a ningún héroe brillar con la espectacularidad que lo hacen en esta película (en ninguna de las franquicias). Hay momentos que son verdaderos tributos a sus habilidades y el despliegue visual, no escatima en nada para hacer que luzcan aún mejor. Snyder hecha mano a su poderosa narrativa visual, para hacernos sentir que todo lo que estamos viendo es épico, pero también se las arregla para generar la tensión necesaria en los momentos importantes. Estos personajes si importan y se sienten cercanos, porque hemos podido conocerlos de una mejor manera.
¿Faltó algo en estas cuatro horas de película? Lamentablemente si. Y esto no es culpa de lo que vemos en pantalla. Esta película se concibió como una primera parte, por lo tanto su final implica puntos suspensivos e historias inconclusas. No es novedad que Zack Snyder, estaba construyendo el cuento de un mundo que iba a brillar con fuerza en el mismo momento en que Superman, entendiera su lugar en el. Y aún no hemos visto eso en pantalla. Nos queda el optimismo de un grupo que se cohesiona y la amenaza de un enemigo despiadado que esta por llegar, pero eso por ahora es solo una promesa que no sabemos si llegará a cumplirse.
La Liga de la Justicia de Snyder probablemente no sea la mejor versión posible. Hay varios momentos que se podrían haber sacado o acortado, pero el despliegue visual de lo que estamos viendo es tan impresionante, que seguramente ningún fanático va a reclamar por eso. Y la verdad, no importa mucho. Zack Snyder no hizo la mejor película, y probablemente él lo sabe mejor que nadie. Zack Snyder hizo una celebración en la que da las gracias, a todos los que creyeron en su visión y lo apoyaron hasta que fue posible ponerla en pantalla. Porque si algo aprendimos de esta historia, es que la visión original, siempre será mejor que un remedo sin sentido ni corazón.
Por Keno Gallardo.